domingo, 30 de agosto de 2015

 

Cigarrillos: 

Enfermedad pulmonar obstructiva crónica
(EPOC)

 

¿Qué es?

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La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire. Se trata de una enfermedad subdiagnosticada y potencialmente mortal que altera la respiración normal y no es totalmente reversible. Los términos bronquitis crónica y enfisema están obsoletos, quedando englobados en el diagnóstico de EPOC.

Síntomas

Los síntomas más frecuentes de la EPOC son la disnea (falta de aire), la expectoración anormal y la tos crónica. A medida que la enfermedad empeora, pueden hacerse muy difíciles actividades cotidianas como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta.

Diagnóstico y tratamiento

La presencia de EPOC se confirma con una prueba diagnóstica, llamada espirometría, que mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, generalmente se diagnostica en personas de 40 años o más.
La EPOC no se cura y es esencial dejar de fumar para prevenir la progresión de la enfermedad. Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por ejemplo, los medicamentos broncodilatadores pueden mejorar la disnea.
La disponibilidad de opciones terapéuticas para la EPOC varía según los recursos. La OMS ha publicado una directriz1 con recomendaciones específicas para el tratamiento de la EPOC en la atención primaria en entornos con pocos recursos.

Población en riesgo

Antes, la EPOC era más frecuente en el sexo masculino, pero debido al aumento del consumo de tabaco entre las mujeres de los países de ingresos elevados y al mayor riesgo de exposición a la contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción) entre las mujeres de los países de bajos ingresos, en la actualidad afecta casi por igual a ambos sexos.
Más del 90% de las muertes por EPOC se producen en los países de bajos y medianos ingresos, donde no siempre se ponen en práctica o son accesibles las estrategias eficaces de prevención y control.

Factores de riesgo

La EPOC es prevenible. Su principal causa es el humo del tabaco (fumadores activos y pasivos). Otros factores de riesgo son:
  • la contaminación del aire de interiores (por ejemplo, la derivada de la utilización de combustibles sólidos en la cocina y la calefacción);
  • la contaminación del aire exterior;
  • la exposición laboral a polvos y productos químicos (vapores, irritantes y gases);
  • las infecciones repetidas de las vías respiratorias inferiores en la infancia.

Resultado de imagen para epoc Respuesta de la OMS

La lucha contra la EPOC forma parte de las actividades generales de prevención y control de las enfermedades no transmisibles que lleva a cabo la Organización, cuyos objetivos son:
  • aumentar la sensibilización acerca de la epidemia mundial de enfermedades crónicas;
  • crear ambientes más saludables, sobre todo para las poblaciones pobres y desfavorecidas;
  • reducir los factores de riesgo comunes de las enfermedades no transmisibles, tales como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la inactividad física;
  • prevenir las muertes prematuras y las discapacidades evitables relacionadas con las principales enfermedades no transmisibles.
El Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco es una respuesta a la mundialización de la epidemia de tabaquismo y tiene por objetivo proteger a miles de millones de personas de la exposición nociva al humo del tabaco. Es el primer tratado sanitario mundial que ha negociado la Organización Mundial de la Salud y ha sido ratificado ya por más de 180 países.
La OMS también encabeza la Alianza Mundial contra las Enfermedades Respiratorias Crónicas (GARD), una alianza voluntaria de organizaciones, instituciones y organismos nacionales e internacionales que trabajan para alcanzar el objetivo común de reducir la carga mundial de enfermedades respiratorias crónicas y lograr un mundo en el que todos podamos respirar libremente.

domingo, 23 de agosto de 2015


Peligro: Cigarrillos asesinos






Resultado de imagen para cigarrillosLa manufactura de cigarrillos es una de las principales causas de desechos químicos. En Estados Unidos, por ejemplo, la industria tabacalera es número 18 en la lista de industrias con desechos químicos. El tabaco es una planta que necesita más pesticidas y fertilizantes que otras. Estudios en nuestro país muestran que, los niños que ayudan a sus padres en el cultivo muchas veces exponen gravemente su salud en el proceso. A su vez, los plaguicidas pasan al agua y la contaminan afectando plantas y animales. Los suelos donde se cultiva tabaco son frecuentemente fumigados con metilbromuro, un químico que se sabe afecta la capa de ozono.

El humo de tabaco tiene más de 7000 sustancias tóxicas que constantemente son liberadas al aire que todos respiramos incluyendo monóxido de carbono. La combustión también produce dióxido de carbono (producción mundial de 225.000 toneladas/año) contribuyendo al aumento del efecto invernadero.
Resultado de imagen para cigarrillosEl 97% de los cigarrillos que se consumen hoy en día a nivel mundial tienen filtros. De estos, más del 80% son de acetato de celulosa. Estas colillas son la mayor causa de basura en el mundo. Se estima que se desechan más de 4,5 trillones de colillas por año. Estas pueden tardar hasta 25 años en degradarse. Las colillas concentran las sustancias tóxicas del humo. Generalmente se tiran al piso y, cuando llueve, son arrastradas a las alcantarillas y a las fuentes de agua que luego consumimos todos. Algunas de las sustancias que se pueden medir en las colillas de cigarrillos eliminadas incluyen: nicotina, alquitrán, arsénico, plomo, e hidrocarburos poliaromáticos. Un estudio realizado en la Universidad de San Luis en Argentina muestra que tanto los filtros de cigarrillos como el humo tienen altos contenidos de cadmio. Se sabe que cualquier nivel de cadmio en el organismo es dañino para la salud por lo cual las colillas de cigarrillos deberían ser tratadas como residuos peligrosos.

Resultado de imagen para cigarrillosRíos, lagos y mares son contaminados con colillas de cigarrillos que los peces y animales confunden con comida y tragan provocando muchas veces su muerte y alterando el ciclo ecológico. Un informe reciente de la Ocean Conservancy muestra que los cigarrillos y las colillas de cigarrillos son la principal causa de basura en los océanos y playas. Esta ONG trabaja desde hace casi 40 años en la conservación del Océano y las playas de todo el mundo. El informe de los 25 años de esta campaña, muestra que se han recogido 65,3 millones de kilos de basura a lo largo de 468,319 kilómetros de costa de 152 países. El informe señala que, de lejos, la principal causa de basura (32%) fueron las colillas de cigarrillos, seguidas por envoltorios de comida (9%), tapas (8%) y cubiertos, vasos y platos (6%), entre otros.

Links de interés:


http://oxygen.org.au/hardfacts/tobacco-and-the-environment

lunes, 17 de agosto de 2015

Contaminación atmosférica

 

Se entiende por contaminación atmosférica a la presencia en el aire de materias o formas de energía que implican riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier naturaleza, así como que puedan atacar a distintos materiales, reducir la visibilidad o producir olores desagradables.
El nombre de la contaminación atmosférica se aplica por lo general a las alteraciones que tienen efectos perniciosos en los seres vivos y los elementos materiales, y no a otras alteraciones inocuas. Los principales mecanismos de contaminación atmosférica son los procesos industriales que implican combustión, tanto en industrias como en automóviles y calefacciones residenciales, que generan dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes. Igualmente, algunas industrias emiten gases nocivos en sus procesos productivos, como cloro o hidrocarburos que no han realizado combustión completa.
La contaminación atmosférica puede tener carácter local, cuando los efectos ligados al foco se sufren en las inmediaciones del mismo, o planetario, cuando por las características del contaminante, se ve afectado el equilibrio del planeta y zonas alejadas a las que contienen los focos emisores.

lunes, 10 de agosto de 2015

 

Organizaciones advierten sobre el peligro de los biocombustibles

 

Resultado de imagen para peligros del biocombustibleEn el marco del Congreso Mundial sobre Biocombustibles "Biofuels Markets Americas" realizado en Buenos Aires, organizaciones no gubernamentales advirtieron sobre los impactos ambientales y sociales que la producción de éstos provocará en América Latina. 

Gobiernos y sectores empresariales muestran un respaldo cada vez mayor a la producción de biocombustibles para el transporte, orientada a satisfacer la demanda de un creciente mercado internacional. Esto ocurre a pesar de las numerosas investigaciones que alertan sobre los peligros que ello implica en las regiones donde éstos se producen.
Las organizaciones Greenpeace Argentina, Amigos de la Tierra Argentina, Taller Ecologista, Programa Argentina Sustentable (PAS) y CEPPAS consideran que el Estado nacional y los organismos oficiales (1) deben en primera instancia advertir el riesgo que los actuales patrones de producción de biocombustibles generan en nuestra región, y en una segunda, desarrollar políticas tendientes a diversificar la matriz energética en base a las mejores opciones en materia de bioenergía junto a otras fuentes limpias y renovables.
Resultado de imagen para peligros del biocombustibleEn los últimos años se ha otorgado a los biocombustibles, etanol y biodiesel, un rol cada vez más importante, sobre todo por parte de los países industrializados que son los mercados de mayor consumo energético y de combustible. Esta es la razón por la que se está procurando la creación de un mercado internacional de biocombustibles que les permita acceder a estos insumos desde aquellos países que poseen los mayores potenciales de producción de biomasa, como es el caso de Argentina.
Pero en estos países, la producción de biocombustibles representa hoy una clara amenaza para la biodiversidad y la soberanía alimentaria. La extensión de cultivos tales como el  maíz, la soja, la colza, la palma o la caña de azúcar, destinados a la producción de biocombustibles presiona sobre el territorio provocando la destrucción directa e indirecta de ecosistemas naturales, como las selvas tropicales y los bosques nativos. Además, pone en riesgo la seguridad alimentaria mundial al competir por las tierras fértiles disponibles, colocando en peligro la subsistencia de las poblaciones más pobres del mundo.
En este contexto, una reconsideración radical acerca de la producción de biocombustibles se torna urgente. Lo más importante: las medidas gubernamentales que generan el desvío de granos y aceites comestibles para la producción de biocombustibles deben ser detenidas.
En el mismo sentido, la producción de biocombustibles orientada al mercado internacional, encamina a los países del Tercer Mundo, destinados a abastecerlos, a la especialización y al monocultivo, desarticulando la provisión del mercado interno y destruyendo por completo otras actividades productivas, tal como se presenta en el caso Argentino. En los últimos años el Estado nacional colocó a la actividad agrícola al servicio del mercado global de la soja y sus consecuencias están a la vista: la desaparición de una enorme cantidad de otras importantes e imprescindibles actividades agropecuarias que, por la contundencia en la alta rentabilidad sojera, fueron progresivamente abandonadas (tambos, cultivos alternativos, ganadería, etc.) y la descomunal tasa de deforestación ha causado la pérdida irreparable de más de 2 millones de hectáreas (2) de bosques nativos desde 1998 hasta ahora. 
Por otro lado, la ventaja en el balance de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en la producción y el consumo de biocombustibles es en la mayoría de los casos muy baja, cuando no nula o negativa. La degradación o conversión de los bosques y selvas naturales o de otros ecosistemas naturales no solo destruye la biodiversidad sino que además provoca altas emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera (3). Al mismo tiempo, cada vez más investigaciones (4) demuestran que muchos proyectos de bioenergía no son sostenibles.
En Argentina, la política actual en materia de bioenergía, apunta a generar un mercado cautivo, subsidiando a las empresas proveedoras de biodiesel en base a aceite de soja y a las empresas petroleras que esencialmente mantienen la misma cadena que hasta ahora, sin costo adicional. El 5%  de corte para el 2010 establecido por la Ley 26.093 es irrelevante en términos de política climática y de seguridad energética y desvía cuantiosas cifras en fondos que podrían destinarse a la promoción de otras fuentes de energía renovable y de sistemas descentralizados de generación. Por el contrario, lo que se plantea es subsidiar el consumo vehicular.
La situación energética en Argentina se caracteriza por una enorme fragilidad debido a su fuerte dependencia de los combustibles fósiles. Ésta acarrea problemas ambientales y emisiones de GEI y conlleva la inseguridad del suministro energético. La altísima dependencia de los combustibles fósiles (89 %) hace que la Argentina posea la peor matriz energética de la región en cuanto a uso de fuentes renovables. Frente a un escenario de escasez estructural de estos recursos todo indica que se buscará suplir esta escasez con otras fuentes con grandes impactos y riesgos ambientales: grandes hidroeléctricas, plantas de energía nuclear, mayor uso de carbón y las peores opciones en materia de biocombustibles. 
Se plantea la urgente necesidad de una política nacional energética que adopte medidas de reducción en la emisión de GEI, incluyendo a aquellas tendientes a aumentar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía. La  bioenergía debe complementar y equilibrar el suministro de energía en un sistema diversificado de fuentes de energías limpias y renovables (solar, eólica, minihidráulica, geotérmica, de las olas y de las mareas) que modifiquen radicalmente la actual  dependencia de  la matriz energética argentina de los combustibles fósiles. 
Por otro lado, las políticas adoptadas y promovidas desde el Gobierno nacional en materia de energía, no deben contener de ningún modo, medidas de apoyo a la producción de biocombustibles destinados a la exportación, tales como subsidios y/o cancelación de impuestos, pero tampoco objetivos o metas obligatorios de corte que fomenten cualquier tipo de uso de la biomasa o la producción de biocombustibles. Asimismo, no pueden establecerse ventajas a la exportación de biocombustibles tales como alícuotas de retenciones más bajas en comparación a las de los productos agrícolas. Esto supone un subsidio encubierto del orden de cientos de millones de U$ mucho más que lo reciben todas las energías renovables en el país.
Es por ello que, dentro de la promoción a escala local de la bioenergía, se deben priorizar  los usos estacionarios de la misma. La biomasa que se emplea para producir electricidad y/o calor es considerada la aplicación más eficaz, ya que en este caso pueden aplicarse prácticas de cogeneración más eficientes y no resulta necesaria su posterior transformación a estado líquido. Por otro lado y dependiendo de la regionalidad de los recursos (generados especialmente por residuos de la actividad forestal y agrícolas), fomentar la generación descentralizada y socialmente sustentable  y producciones como la que podría  llevar a cabo la agricultura familiar o de pequeña escala  .
[1] El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es uno de los organismos regionales que más ha estado impulsando el desarrollo de la producción de biocombustibles en la región. [2] Según la Unidad de Manejo del Sistema de Evaluación Forestal (UMSEF) de la SAyDS de la Nación entre 1998 y 2006 la pérdida de Bosques nativos en las principales provincias del Norte y Centro del país, alcanza las 1.890.599 ha. Teniendo en cuenta que el promedio de desmontes de los últimos cuatro años evaluados oficialmente es de 277.000 ha. se estima que la deforestación desde 1998 a la actualidad supera las 2.000.000 de ha. [3] La deforestación ya es causante de aproximadamente un quinto de las emisiones de GEI. [4] "FAO World agriculture: towards 2030/2050. Prospects for food, nutrition, agriculture and major commodity groups. Global Perspective Studies Unit". Organización para la Agricultura y la Alimentación (Farming and Agriculture Organization, FAO). Junio de 2006. Crutzen, P.J. et ál.: "N2O release from agro-biofuel production negates global warming reduction by replacing fossil fuels", agosto de 2007. Scharlemann, J.P.W. y Laurance, W.F. 2008. "How green are biofuels?" Science 319: 43-44. Zah, R. et ál. 2007. "Oekobilanzen von Energieprodukten, Oekologische Bewertung von Biotreibstoffen". Schlussbericht/Final Report. Suiza, mayo de 2007. Greenpeace 2007. "How the palm oil industry is cooking the climate", www.greepeace.org/international. Fargione, J. et ál. 2008. "Landclearing and the biofuel carbon debt", www.sciencexpress.org, 7 de febrero de 2008. Searchinger, T. et ál. 2008. "Use of U.S. croplands for biofuels increases greenhouse gasses through emissions from land use change", www.sciencexpress.org, 7 de febrero de 2008. Friends of the Earth International, "New Report Reveals Real Price of Agrofuels in Latin America", 10 de septiembre de 2008.